Diagnóstico

1. ¿Cómo es el diagnóstico?

Según las diferentes Guías de Práctica Clínica, el diagnóstico del TDAH es exclusivamente clínico, es decir, que no hay ninguna analítica, ni técnica de diagnóstico por imagen como un TAC, ni resonancia magnética que lo confirme.  Es por tanto un diagnóstico que corresponde al médico, aunque pueda estar apoyado por otros profesionales como psicólogos y educadores que ayudarán  a tener una visión integral de los criterios del trastorno.

El diagnóstico se realiza en base a la historia clínica que  el médico especialista elabora de forma detallada, profundizando en la investigación de los síntomas clínicos que resultan específicos del trastorno de TDAH. Además, es necesario obtener evidencias del entorno familiar y también del entorno escolar que resultan fundamentales. Sin duda, la guía de referencia para el trastorno es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, que dicta la prestigiosa Sociedad Americana de Psiquiatría en su 5ª actualización. A esta Guía la conocemos como el DSM-5.

De ella hemos extraído, a modo divulgativo,  algunos datos que se manejan para establecer el diagnóstico de este trastorno, debiendo dejar claro que el TDAH no es una enfermedad mental o psiquiátrica sino un trastorno.

EL DSM 5 establece unos criterios que el paciente debe cumplir para ser diagnosticado de TDAH, los pacientes que los cumplen deben tener comportamientos inatentos, hiperactivos y/o impulsivos presentes desde la infancia, que les repercuta negativamente en su desarrollo personal, académico y/o social.  Si una persona es inatenta o hiperactiva pero no tiene dificultades en el aprendizaje, ni de socialización ni de comportamiento en casa ni en el colegio, no tiene TDAH.

Además según predominen unos síntomas nucleares u otros se puede clasificar el trastorno en: predominio inatento, predominio hiperactivo o combinado.

2. Clasificación

Clasificación diagnóstica y presentaciones del TDAH en el DSM-5

Se reconocen tres presentaciones clínicas según la presencia o ausencia de determinados síntomas particulares:

Predominantemente inatento:

  • El déficit principal es la lentitud en el procesamiento de información.
  • Se da más en las niñas: 30% frente a un 16% de los niños.

Predominantemente hiperactivo-impulsivo:

  • Es el menos frecuente.
  • Es más común es niños en la etapa preescolar.

Tipo combinado:

  • Se presentan síntomas de ambas presentaciones clínicas mencionadas.
  • Es el más prevalente: 80% de los niños y 60% de las niñas.
  • Es el que más se parece a las descripciones clásicas del trastorno.

 

El DSM-5 reconoce además 2 categorías adicionales:

  • Otro trastorno por déficit de atención con hiperactividad especificado
  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad no especificado

3. Del diagnóstico al tratamiento

El diagnóstico del TDAH solamente puede ser realizado por un médico especialista en este campo. Por lo tanto, sólo debe considerar la existencia del TDAH cuando su médico lo establece claramente. Evite dar crédito a hipótesis o comentarios de su entorno personal que pongan en tela de juicio el criterio médico, en especial de personas no cualificadas  de información no científica disponible en internet.

Una vez se ha establecido el diagnóstico, el paso siguiente es la elección del tratamiento. Esta decisión debe tomarla el médico especialista con el apoyo y la participación activa de los padres.

Cada caso es diferente, y requiere por ello un tratamiento individualizado, es decir que no tiene por qué coincidir en todos los niños o niñas el mismo tratamiento o la misma pauta.

No existe un tratamiento que resuelva completamente el TDAH, pues como decíamos previamente, está derivado de las dificultades que le ocasionan al niño sus problemas intrínsecos de autorregulación, y esto forma parte de su funcionamiento cerebral, y en definitiva, de su forma de ser. Pero sí que disponemos de medicamentos que ayudan a mejorar el funcionamiento de estos circuitos cerebrales, y por lo tanto disminuyen los síntomas, permitiendo que el niño trabaje y se comporte de forma más normalizada.

Además con este tratamiento se va a abrir una ventana para que el niño pueda realizar terapias psicológicas y de reeducación que le permitan modificar y optimizar su desarrollo.

La modalidad de tratamiento que en la actualidad se reconoce como más eficiente es llamado tratamiento multimodal, denominado así porque aglutina tres modos de tratamiento que combinados resultan imprescindibles para afrontar el manejo de este trastorno. Estos tres constituyen, por así decirlo, los tres pilares que nos ayudarán en el manejo y control del trastorno, son: el tratamiento farmacológico, la intervención psicológica y la intervención psicopedagógica.

Los programas de intervención psicosocial forman una parte indisociable del tratamiento porque incluyen acciones encaminadas a reducir la probabilidad de aparición de trastornos comórbidos o a disminuir la intensidad de los síntomas si ya se han establecido.

A continuación veremos, con mayor detalle en qué consisten cada una de estas tres herramientas terapéuticas para abordar el TDAH.

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Referencias:

Hidalgo Vicario MI, Sánchez Santos L. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Manifestaciones clínicas y evolución. Diagnóstico desde la evidencia científica. PediatrIntegral 2014; 18 (9): 609-623 .